Por meterse en la rueda del progreso es por lo que los hombres entablan rigurosas luchas y alientan cálidas  inquietudes.


        Y cuando el progreso lo llena todo, entonces, los sucesores, acogotados por las máquinas, por las gentes, por el ruido, por la falta de espacio vital , saltan o se deslizan a otros lugares  en busca de la paz, la soledad la vida tranquila, la de las horas largas en las que poder detenerse para desenfundar la hojilla  de afeitar sin escuchar presurosas maquinillas eléctricas en batalla contra el tiempo.




        Es, esta, una rueda continuada.




        Y lo que ayer fue remanso de paz y quietud  mañana se convierte en algo distinto  al formar parte vertiginosa del carnaval.



        Y hoy hablo de ti, sardina del Norte,


     De ti que corres loca en busca de tu luz eléctrica y la anticipas utilizando grupos.

     De ti que te metes en fiestas y acoges sones de orquesta. 

     De ti que no te has conformado en ser remanso de paz. 

     De ti que creces y quieres agigantarte.
     De ti, hogar de sencillos pescadores, que quieres repartir la belleza de tu rincón  con el gran      mundo del turismo.
     De ti, Sardina del norte, dueña hace años de dos puertos, cuyas ruinas siguen desafiando  a los tiempos, ya con poca fuerza cuando precisamente junto a las ruinas de la obra del hombre, como son esos puertos medio derruidos,  se desmorona, con episodios de decenios,  tu alta y negra montaña, abrigo de mareantes de antaño, marinos que en tu ensenada encontraban el descanso para sus tumbos de cascaron sobre la mar.



     Ahora, han hecho de tu entrada  carretera sinuosa y moderna  que trae a las gentes en viajes regulares de autobuses o coches particulares  cargados de hombres y mujeres , que, con lenguas incomprensibles para tus hombres, comentan al mirar y ver tu playa, tu roca y tu mar  de los que disfrutan. 




     Tienes dones de privilegio porque ya puede ¡roncar el océano en otras partes cercanas , que, en llegando a ti, se amansa ,se calla y aquieta.¡




     Tu historia es como todas las historias  de pueblos y Patrias. Naciste porque Dios  puso en ti refugio natural domador de furias marinas.,  




     Una casa un pescador y su prole. Unas rocas con ángulos dúctiles donde horadar y hacer vivienda; hacer cueva para tu tesoro; tu vida y la de los tuyos. Y luego el pan nuestro de cada día...el pescado.




     Porque eso si. Tu playa tiene las mil escamas perdidas sobre los granos de tu dorada arena. 




     Besos y lágrimas se pierden en el tiempo por la fe del trabajo, y el trabajo te viene a dar la luz plateada de tu mas exquisito manjar; la sardina, de azul reverberante en el lomo, de blanco plateado en los costados, y allí, en la playa, al pie  del barquillo, sin pesas ni papeles de cuentas,   poniendo a puñados en las bañeras ese jamón de los pobres y delicia de los ricos.




      ¡Sardina....sardina fresca ¡ pregonará mas tarde la compañera de las mil fatigas, la que convierte en metal el producto del trabajo  en el mar; la que un día y otro mas, ve a sus chiquillos, panzudos y tostados por el sol,  patear descalzos donde patea su padre y pateó su abuelo. La que, quizá sin darse cuenta está pendiente de la mar, encadenada a él, como sus hijos, cuyas primeras fuerzas la sacan para ayudar a varar,  y los primeros callos  los sufren  a edad muy temprana  en las primeras ciabogas. Niños que nacen como en-salitrados  junto  al mar  aprendiendo ese doble e importante respeto; al padre y a la mar.




        Pues bien  con todas estas reflexiones heme aquí, primer pregonero de tu fiesta, Sardina del Norte, humilde rincón de la costa de Gáldar, que poco a poco vas perdiendo tu humildad, aunque tus hijos, siguen ahora la vía de hoy. Las redes, las nasas , la pesca, mirar al tiempo allá en el horizonte ; mirar atrás al risco que se desploma resquebrajándose un poco mas cada día y mirar aun mas arriba a Dios   esperando su gracia y su favor.,




        Sardina del Norte progresa, nacen las casas como atalayas del océano , y el hombre, en su afán de explotación, se acerca a la playa de cien formas distintas , buscando salud y yodo,  buscando nuevas tierras que labrar en las cercanías, buscando la brisa de su  mar y la diversión sobre su arena  y con todo ello llegará el Hotel metido  en lo que siempre fue barranquillo de Juan Delgado;  la piscina, la sala de festivales, el botones, el portero, el mettre y el cuarteto musical,  con los focos que conviertan en día tu noche . Llegará en una palabra el progreso.




        Sardina del Norte, tus cadenas con el tiempo pasado van rompiéndose.  Todo va a variar en tu casa.  Todo menos la vida  de tus pescadores  y la de sus hijos que seguirán bogando, varando embarcaciones y haciendo esperas en las orillas  mientras dicen mirando a la mar  "aguanta... aguanta  que ella se pone buena".

        




          Ni aquel marino portugués del que coges su nombre, ni aquellos avispados mandos que construyeron tus puertos para que fueras catapulta de riquezas, pudieron imaginar nunca tu futuro. Ni quizá lo sepamos imaginar en el presente.

        


           Hasta San Telmo tu santo patrono  se asombra  porque tus festejos pasados tenían  límites de estrechez y tus festejos de ahora  buscan la grandeza y el bullicio, dando un clarinazo como llamada al mundo isleño  que cada vez te conoce más y mas te admira  como pequeño y bello rincón marinero.



             Hoy, al sexto día de tus fiestas, estrenas hasta pregón,  pregón sin detalles históricos, pregón solicitado sin antelaciones. Quizás hayas salido ganando porque a los hombres, a los Santos y a Dios,  les atrae mas la atención del momento  que se vive que el que ya  se vivió; y, aun  más, el momento que se ha de vivir que el que se está  viviendo.

               Pescadores de Sardina del Norte, acostumbrados a la vida de trabajadores nobles, honrados y sencillos,  se van a asombrar... están asombrados ya de las propias fiestas (atrasadas o adelantadas  porque el Patrono cae en Abril) fiestas en las que el disfrute mayor va a corresponder a los visitantes.

                 Pescadores de Sardina que mas de una vez esperaron en su embarcación la tenue  luz de la salvación (el fuego de San Telmo)  pasado mañana van a tener cegadores fuegos en el aire y sobre el mar en su innovación acuática.
      


                  Pescadores de Sardina, la pitanza de cada día, metida en bañeras, cargada en cabezas femeninas camino de Gáldar, está quedando estos días ahí en Sardina. No va el producto de vuestro trabajo en busca de las gentes...que las gentes se congregan ahí donde hemos conocido a tantos personajes de la humildad, donde entre varias  hemos conocido  a la mas reducida sociedad de trabajo. Una falúa, Domingo, su mujer y su gueldera. Toda una razón de vida y un medio para vivir.

                   


                    Donde hemos conocido también la avidez  de las mujeres en las primeras horas de la mañana mirando a la embarcación que se acerca  y adivinando la buena pesca en si el bote viene hundido o no, y poniendo en esto los cálculos mas amorosos porque ahí va precisamente el pan de todos; las alpargatas, los libros y la escuela de los hijos.

                      


                      San Pedro González Telmo, abogado, fiador y tutor de nautas y pescadores: hombre de tierra adentro y corazón pegado  a Dios y al mar; conquistador de almas ante soldados contra la morisma;  padre de los pobres; purificador de sus propias flaquezas por las llamas de una fogata; inventor (por la caridad y el amor) de los gremios marineros; estás viendo ahora cómo en agosto, con el mar quieto con    coloradas viejas y olorosa mariscada, se celebran las fiestas que organizan alborozados los  activos veraneantes. 

        


                         El rincón marinero crece más de lo que puede, y se moderniza más de lo que debiera para no perder su paz y su traza.

                         


                       Sus puertos ya no sirven sino para ser sostén de legión de bombillas multicolores, luciérnagas de la fiesta alumbrando la pista.  Lo que antaño  fue refugio de barcos, es ahora momentáneo refugio de fiesta para visitantes.

        


                           Ustedes me da que continuarán  viviendo  a golpe de remo y tirar de cabos...



                            Y ya, por final , quepa hacerles pensar en aquel grito aprendido en escuelas de marinos , San Telmo ¡sálvanos,¡  que no conviene olvidar en la hora del festejo , a quien se invoca en la hora del peligro, pues al fin y al cabo, al día siguiente hay que salir de nuevo a la pesca, y, al volver, antes de varar, mientras se sortea el golpe de la mar, habrá que esperar, como siempre, el jacío diciendo a la compañera que ayuda ..."aguanta, aguanta que ella se pone buena".



PASCUAL CALABUIG PORCAL (1)

Pregonero de las Fiestas Patronales de Santiago Apóstol en el 2006.


(1) PASCUAL CALABUIG PORCAL

Comenzó como cronista deportivo en Radio Las Palmas (1949-1951). Pasó a Radio Atlántico (1951-1985). Radio Nacional de España en la Delegación de Las Palmas (1957-1980), y Televisión Española en el centro emisor de la capital de grancanaria, desde 1965 hasta su jubilación. A partir de 1973, hasta 1975, fue cronista deportivo de El Eco de Canarias. Está inscrito  en el RPP con número 12.517. Fue durante años presidente de la Agrupación de Críticos Deportivos de Radio y Televisión de Las Palmas de Gran Canaria y se le considera el decano de los cronistas deportivos de esta provincia. Actualmente reside en la isla de Lanzarote. Nación en Valencia el 15 de octubre de 1924.


Currículum extraído de la publicación PERIODISTAS CANARIOS SIGLOS XVIII AL XX DE Eliseo Izquierdo.